martes, febrero 28, 2006

asiento de 2


Seguro que ahora te preguntas qué estoy escribiendo
¡nada relacionado contigo zorra presuntuosa!
Por detrás de mis ojos, soplan fugaces dos codornices despeluchadas que excretan hertzios obturadores y tetas.
Tetas, si
pero no son las tuyas, tiernas y apetecibles,
son, como siempre, los cándidos pechos de un millón de lúbricas imaginaciones que ya estuvieron antes en tu lugar.
No intentes ablandarme con tus dulces ojos,
no hallarás más que nauseabunda putrefacción.
Quieres alborotar mis codornices, pero ya es tarde,
han vivido mil batallas como esta y han defecado sobre labios más carnosos,
sobre mandíbulas mejor definidas si cabe.
Esto creía yo en mis tiempos mozos.
Y a la voz de tres, los turbios pajarracos se abandonan a un vuelo desincronizado y caótico
¡como la cópula de los caracoles!

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